El sistema financiero evidencia el carácter subalterno del capitalismo español y su dependencia de los centros globales. La propiedad y los accionistas de referencia de las principales entidades de crédito del Estado son bastante significativos en esto. Excepto Caixabank, participada por el 40% del Fundación La Caixa, mi Bankia, cuyo mayor accionista es el Gobierno a través del Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB), el resto de los grandes grupos bancarios están en manos de fondos de inversión. The American Blackrock es el primer accionista de Banco Santander y hacer BBVA, con participaciones superiores en ambos casos al 5% del capital total.
Los bancos estatales no han levantado la cabeza desde el brote de 2007, que detonó la llamada Depresión Larga. Aunque los balances de las entidades españolas presentan cifras muy similares al grueso de las entidades italianas e incluso al gigante alemán Banco Deustche, su descapitalización y pérdidas significan una anomalía en el espacio continental. Entonces, por ejemplo, el Banco Santander pasa de una capitalización de más de 92.000 millones de euros en 2007 a 31.069 millones ayer, lo que supone una devaluación de más de 60.000 millones de euros. Lo mismo pasa con BBVA, que ha reducido su valor en los últimos 13 años en 15.000 millones de euros, con una capitalización que en la actualidad representa casi la mitad de 2007.
La situación está destinada a empeorar por las actuales circunstancias económicas. Los resultados presentados por las principales entidades de crédito del Estado para el primer semestre del año 2020 certifican las dificultades de las mismas, emergiendo en muchos casos números rojos. Banco Santander declara pérdidas del período de 10.798 millones de euros, reconociendo BBVA resultados negativos por 1.157 millones de euros. Al respecto, la economista Begoña Casas señala que “las entidades financieras, como consecuencia de la crisis del coronavirus, tienen en sus carteras deudores dudosos por encima de los 200.000 millones de euros al final del año, lo que puede desencadenar una morosidad de hasta 15 % ”.
La exposición del sistema financiero español al sector servicios es otro motivo de preocupación para los directores de las entidades y para el supervisor bancario europeo. En esta línea, afirman que el 26% del crédito total otorgado por los bancos estatales a empresas corresponde a actividades severamente afectadas por la pandemia, por un valor de alrededor de 140 mil millones de euros.